Siguiendo con la idea de variar nuestra dieta e incorporar nuevos alimentos esta vez nos vamos hacia los mariscos. Antiguamente era común que al menos una vez al mes en los hogares argentinos se comiesen mariscos, siendo los platos más populares la paella y la cazuela de mariscos o como parte de las picadas las rabas y los langostinos o camarón. Lentamente, la poca disponibilidad y los altos precios fueron desplazandolos hasta casi hacerlos desaparecer y relegarlos a la Semana de Pascuas, donde el precio se va a las nubes y todos nos quejamos de que es imposible comprarlos. Al punto también de terminar reemplazando los mariscos de las ensaladas por bastones de surimi (kani kama), ultra procesados y en su mayoría saborizados artificialmente.
Por suerte (permítanme decir «suerte» para no tenes que lamentarnos), con el precio actual de la carne vacuna y el pollo, el costo de pescados y mariscos fue nivelandose hasta quedar en una posición que nos permite nuevamente hacerlos parte de nuestra cocina. Ahora solamente resta recuperar la sana costumbre de incluirlos en nuestra dieta.
Como con todos los productos de mar debemos comprar solo aquellos de apariencia fresca, sin olor a amoníaco y que tengan «olor a mar». Por supuesto que esto en los supermercados es casi imposible, ya que se encuentran envasados al vacío y solo podemos ver que se encuentran congelados. Al verlos sin embargo, se puede notar si han sufrido descongelamientos, lo cual afecta la textura y el sabor, algo típico en grandes cadenas y debemos evitar comprarlos. En este caso la mejor opción son las pescaderías, ya que poseen menores cantidades y solo se retiran de las cámaras de frio lo que se comercializa en el momento.
Como para todos los pescados y mariscos, al momento de comerlos es mejor es no cargarlos de otros sabores fuertes que opaquen su aroma y sabor, exceptuando por supuesto los camarones rebozados fritos, que con unas gotas de limón y alguna salsa suave, son la gloria.
Preparar los camarones a la plancha es de lo más sencillo, y es un plato que a esta altura podríamos llamar exótico, así que hacé una visita a la pescadería y hagamos que dejen de ser exóticos para que sean totalmente nuestros.
Descongela los camarones en la heladera, una vez descongelados lavalos con agua fría, escurrilos y agregá aceite de oliva o manteca derretida, lo que sea de tu preferencia, y condimentalos con un poco de sal, pimienta y un poco de pimentón o paprika. Dejalos marinando media hora. Ahora calentas muy bien la plancha y colocas los camarones de lado, durante unos cuatro minutos o veas que ya están marcados, luego los das vuelta y dejas que se cocinen del otro lado. Cero secretos, eso es todo.
Para acompañar prepará arroz blanco, lo rocias con unas gotas de limon, e incorporás ciboullette o verdeo y ralladura de limón. Para presentarlo podes usar cazuelas o bowls pequeños, haciendo un colchon de arroz y colocando los camarones por encima.
Una delicia que vale la pena degustar.